La noche siempre trae exquisiteces,
pensamientos que percuten
en los delgados filos de la soledad,
se han visto demonios durmientes
frente a las conciencias paridas,
qué cortan más los miedos,
cuando hay edad
y demasiado que perder,
rifas de la herida,
los tiburones nunca ven la sangre,
el olor es lo que los relame,
tápate los aromas a muerto
o a conejo en celo,
por el primero van a las mortajas ,
por el segundo a las amputadas.
No te quemarán los pecados, sí los juegos.
Los jarabes de la suerte
no curan desdichas,bostezos o prisas,
frente a los ángeles con insomnio,
demonios durmientes.
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