Sacando brillo a mis olvidos con la gamuza impoluta que me dejó el tiempo perverso,
el mismo que nos va matando poco a poco
mientras nos enseña cosas tardías
que hubieran venido de fábula en otras épocas,
es posible que las hienas de la soledad rían,
reubicando mis preciados adioses,
olvidos de etiqueta negra
donde los poemas vuelven a ser bisturís
donde los muertos volvemos a operarnos
de recuerdos preciosistas y algo de cangrena.
Relucen mis olvidos altivos como soles,
recorriendo las vitrinas de lo que fue una locura,
amor pasado y condecorado,
hoy un cementerio de manos cogidas
y miradas que no terminaban nunca.
Vuelvo a contarlos…olvidos,
cuentas que no salen,
matemáticas de lo oscuro,
vuelvo a contarlos, una y otra vez,
y me falta el tuyo.