Noche,
las gélidas incertidumbres han aullado,
manto de estrellas viejas con brillo adulto,
viento cojuelo y ninfómano, broche
de cuántos senos se tocaron.
Noche,
prostitución de versos al fuego pagano,
un licor alemán y mucho acero,
descongelando miedos, negro sombrero,
los demonios nunca asienten en vano.
Noche,
egos que fueron postres adictivos,
fuertes toses asumidas, humo de muerte,
las risas sin bondad son escoria,
Los adioses medicinales,
son exquisitas cometas, y qué colores!
Vuelve a mirar al cielo ,
verás las mías luciendo tu nombre.
Te quiero en el adiós.
Te quiero.
Noche.
William Adon F.
(Enero 2018)
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