Las palabras han sido trampas,
escondidas y mortales,
o lo han podido ser,
mientras unos ojos se agrandan,
un hocico abre con cuidado la maleza,
gris pelaje de versos puesto en pie,
noche fría, madre de esta tarde muerta,
el lobo sigue vivo,
viejo tintero, morador silencioso,
tanguero en las tormentas,
aullador de fuegos y demonios,
la luna es la única que lo conoce,
olisqueando la metralla
y los post-apocalípticos enseres,
el lobo no olvida
jamás un disparo ,
ni una enfermedad que ruge.
Desde la colina negra
donde los amores rojo sangre
están clavados en picas,
una silueta se presenta,
como una macabra estatua,
nada moverá
a un lobo cuando espera.
William Adon F. ( un lobo )
Enero de 2018
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